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DE GALLINAS Y PERSONAS
Interpretar
la declaración pública de los responsables gubernamentales constituye en sí
mismo un subgénero periodístico. Y si bien yo no recuerdo haberlo practicado
hasta hoy, la frase del vicesecretario general del Partido Popular de la
Comunidad Valenciana, Juan Manuel Cabot, sobre el último congreso del PSPV
obliga a mi estreno hermenéutico. Cuando Cabot afirma que en el PSPV hay «una
guerra despreciable por estar en la poltrona» está en lo cierto. Aunque a mi
juicio hay que suprimir el adjetivo “despreciable” para que le quede
redonda. El estudioso de la
conducta comparada Eibl-Eibesfeldt ha señalado que la jerarquía es un impulso
universal en los vertebrados superiores, incluido el hombre. Para empezar,
ninguna sociedad histórica ha logrado eliminarla. También se da en las
gallinas: cuando en un gallinero se introducen varias gallinas, lo primero que
hacen es pelearse. Como sus victorias y derrotas van estableciendo el orden jerárquico,
al cabo de unos días el gallinero es una balsa de aceite: la más fuerte
(digamos: el presidente del partido o el director del banco) es la primera en
comer, otras siempre a su alrededor (los altos cargos) la siguen en su
privilegio, y unas terceras, las pobres, van por la periferia y comen cuando
pueden. (los botones o los arrimados al
partido). Pero se ha superado la violencia de la fase de formación de jerarquía:
hay paz social. El Congreso del PP se
ha parecido a este gallinero ordenado. Claro que no hay que fiarse: Eibesfeldt
recuerda que siempre hay algún picotazo de una gallina subordinada a otra
superior para probar si sigue tan fuerte como antes. No digamos cuando una
gallina superior deja su puesto vacante: entonces hay terribles —aunque
breves— luchas por dirimir quién escala el puesto en la pirámide social.
Por eso, cuando Cabot
afirma que en el PP “no buscamos tener un sitio” también está en lo
cierto. Sólo que se debe al hecho de que ya lo tienen; de que la jerarquía está
distribuida. A Cabot hay que reconocerle dos cosas: que el gallinero del PSOE
lleva demasiado tiempo en fase de creación jerárquica, y que el espectáculo
de esa fase da peor impresión que el del gallinero en paz. Por tal razón sería
bueno que los aspirantes socialistas al vértice de la pirámide encontraran
pronto el orden de subordinación. |
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